La pandemia de COVID-19 será recordada como la pandemia que cambió el mundo. A nivel global, las empresas y la gente están haciendo grandes cambios en su forma de hacer las cosas. Las empresas se enfrentan ahora al enorme reto de mantener sus puertas abiertas al tiempo que garantizan la seguridad de sus empleados y clientes.
En una época de tanta incertidumbre, ha quedado abrumadoramente claro que nunca ha sido más importante controlar lo que se puede, por uno mismo y por los que nos rodean, y tomar medidas preventivas para garantizar la salud y la seguridad en el futuro. Hoy en día, el distanciamiento social ha cambiado la forma en que vamos a trabajar, comprar, e incluso los tipos de trabajos que se consideran esenciales.
La llegada del COVID-19 ha hecho que seamos más conscientes de todas las cosas que tocamos a lo largo del día: los pomos de las puertas, los interruptores de la luz, incluso nuestra cara. Innovar en nuevas formas de reducir el contacto es esencial en un mundo post-coronavirus, sobre todo en los lugares donde pasamos la mayor parte de nuestro tiempo: oficinas, escuelas, edificios de departamentos y tiendas.
Para hacer frente a los retos actuales, las empresas tendrán que aprender a operar bajo el riesgo de que los virus contaminen a empleados y clientes. Por suerte, existen soluciones de control de acceso que pueden ayudar a mitigar el riesgo de propagación de infecciones en el lugar de trabajo. Desde el control de acceso sin contacto, las puertas automáticas sin contacto, la detección de la temperatura para vigilar al personal y a los clientes y las capacidades de rastreo de contactos mediante el vídeo y el control de acceso.
Los sistemas de control de acceso son ahora la primera línea de defensa para empleados, clientes, visitantes y personal de las instalaciones, llenando las lagunas de seguridad donde las personas y los procedimientos no pueden.
El control de acceso sigue las tendencias tecnológicas modernas de facilidad de uso y comodidad, que en el caso de esta tecnología suele significar el uso de tecnología sin contacto. Las soluciones sin contacto pueden crear menos fricción, literalmente. Los usuarios no tienen que preocuparse por recordar su credencial física o por tener que entrar en contacto con un «punto de contacto elevado» en esta época de mayor preocupación por la higiene.
El sector ha visto aumentar la demanda de credenciales móviles y la pandemia no ha hecho más que acelerar su adopción. Al utilizar un teléfono inteligente como credencial, el usuario no tiene que preocuparse de entrar en contacto con una superficie de alto contacto. Los métodos biométricos, como el saludo con la mano, el escaneo del iris y los lectores de reconocimiento facial, están preparados para una mayor adopción. Las soluciones biométricas de control de acceso son rápidas, precisas y sin fricción.
Dos soluciones que han ganado atención en los últimos dos años son el conteo de personas y la supervisión de la ocupación. Aunque estas soluciones ya existían antes de la aparición del COVID-19, sobre todo para la inteligencia empresarial, ahora se demandan para ayudar a detener la propagación del virus. También está ganando atención y demanda el rastreo de contactos.
Es todo un reto encontrar un sistema de seguridad que solucione muchos de los problemas actuales a la vez, ya sea la vigilancia remota o los controles sanitarios. Los sistemas de control de acceso deberían ser fundamentales en cualquier programa de seguridad empresarial, ya que detienen las amenazas antes de que empiecen. El sistema adecuado no sólo le ayudará a proteger a su personal, sus activos y sus operaciones, sino también a mantener un entorno de trabajo seguro y saludable.
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